A veces me quedo envelesado admirando solitarias encinas y chaparros que me encuentro por estos extensos llanos de la Andalucía en la que me tocó vivir. Antaño abundantes, se alzan como verdaderos náufragos que sobreviven a tiempos pasados en los no eran extrañas de ver extensas manchas de estos nobles árboles.
También recuerdo, de una forma menos poética y más mundana, el magnífico almuerzo del que dí cuenta hace un par de años en el restaurante Tres Encinas de la calle Preciados de Madrid, sublime cuanto menos...
Dr. Jekyll & Mr. Hide, no sé quién me seduce más...
4 comentarios:
Que cena maravilhosa... muito repousante...
Beijo carinhoso.
Paisajes curativo el tuyo a pesar de estar manufacturado por el latifundio.
me has dejado descolocao
tremenda jaime....
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